sábado, 31 de julio de 2010

Democratización de los servicios y seguros de salud (Editorial de “El Comercio”)

Sábado 31 de julio de 2010 - 08:03 am
En el mensaje a la nación por Fiestas Patrias, el presidente Alan García anunció importantes cambios en lo que se refiere a la cobertura de los servicios y seguros de salud. Se trata de una propuesta de vasto y necesario alcance que comprende el nuevo sistema de Aseguramiento Universal en Salud y llevará también a las aseguradoras privadas a eliminar las barreras de las enfermedades preexistentes o la edad de los consumidores para afiliarse.
Con esta medida se intenta poner fin a cualquier tipo de discriminación para acceder a un seguro. A saber, las empresas privadas de aseguramiento han pedido un plazo de seis meses para adaptarse a la nueva norma, en clara muestra de compromiso con el país y su óptimo desarrollo.
Se trata de una gran y positiva reforma en el sistema de salud en el país ya que hasta la dación de esta medida el gran perjudicado era el paciente o consumidor. Los que querían asegurarse en el sistema privado eran profundamente escrutados y analizados, y rechazados si eran mayores de 65 años. El sistema, además, los expulsaba al cumplir los 75 años u 80 años, justamente en la edad en la que más atención médica puede requerirse.
Lo mismo sucedía con las llamadas preexistencias —desde asma hasta males congénitos— pues bajo este pretexto algunas aseguradoras eludían la obligación de cubrir el tratamiento de esas dolencias de sus afiliados. Lo novedoso es que la nueva norma no rige solo para las EPS (entidades prestadoras de salud) sino para todo el sistema privado, incluidas las aseguradoras.
El reto, sin embargo, es mucho mayor para el sistema público de salud: si antes la atención era deficitaria, ¿cómo podrá asegurarse una cobertura tan amplia como la planteada?
Según lo ha informado el ministro de Salud, hay una cuestión presupuestal que debe ser evaluada urgentemente por el Gobierno Central, para reducir el déficit de infraestructura hospitalaria equivalente a aproximadamente 9 mil millones de soles.
A ello hay que agregar la mala distribución de especialistas médicos que se concentran en Lima y Callao (70%) y la carencia de medicamentos. La solución, a esto último, pasa por ampliar la producción nacional y poner orden en las importaciones bajo un sistema regulado, a cargo de la Superintendencia Nacional de Aseguramiento en Salud (Sunasa), que preste la debida atención a este rubro en las coberturas públicas y privadas.
Essalud, por su parte, muestra ya diversos avances en algunos centros, cobertura y atención especializada, pero ello no es suficiente para la ampliación esperada. Resulta necesario mejorar los servicios de emergencia, caracterizados por descoordinaciones y negligencias que han de ser investigadas y sancionadas. La mala praxis no puede seguir siendo, en el Perú, un delito impune.
Con la misma preocupación han de abordarse los subsidios y las filtraciones en el Seguro Integral de Salud, para que su gratuidad sea únicamente para quienes realmente la necesitan.
Asistimos a un proceso de cambios radicales en el sistema de salud, que bien planificado e implementado de modo gradual redundará positivamente en el bienestar de todos y todas.
Lograr este objetivo implica una firme voluntad política y operativa, del actual y del próximo gobierno, para someter el sistema público de salud a una exhaustiva reingeniería y darle los recursos suficientes para consolidar estos cambios y brindar cobertura y atención oportuna y de calidad a millones de peruanos y peruanas. Ello con miras a alcanzar el bienestar de las naciones más desarrolladas de Europa y empezar el camino a convertirnos en una nación del primer mundo, vigorosa y saludable.
http://elcomercio.pe/noticia/616421/editorial-democratizacion-servicios-seguros-salud

No hay comentarios:

Publicar un comentario