Fritz Du Bois
No tenemos duda de que Essalud está gravemente enfermo, y eso se refleja en la inagotable lista de víctimas de negligencias. Sin embargo, lo más preocupante de la actual crisis es que no es causada por estrechez presupuestal o por falta de abastecimiento de medicamentos, por ejemplo. Es una crisis generada por los médicos, quienes son la columna vertebral de una institución dedicada a la salud.¿Cómo se pudo llegar a tal nivel de irresponsabilidad, que los cirujanos ni siquiera siguen el procedimiento más elemental antes de operar? La respuesta está en la displicencia que se crea cuando los médicos gozan de nombramiento permanente en el Estado. Así tenemos que diversos estudios demuestran que, cuando un galeno pasa de ser contratado a formar parte permanente de la planilla estatal, pierde la motivación y, gradualmente, va disminuyendo su rendimiento. Más bien, empiezan a dedicarle cada vez más tiempo a su práctica privada, ya que la estabilidad laboral absoluta de la que disfrutan los protege permanentemente, y se pueden dar el lujo de estar ausentes sin que corran el riesgo de perder su puesto.Más aún, en los últimos años, gracias a diversos médicos sindicalizados que han estado a cargo del despacho, la influencia del gremio médico sobre el ministerio y sobre Essalud se ha ido acentuando. En el gobierno anterior, al igual que a los maestros, se les doblaron los sueldos sin exigirles nada a cambio. Incluso se pasó a planilla a un gran número de médicos que estaban contratados en los CLAS, y la atención en esos centros de salud se desplomó.Por otro lado, Essalud como institución no tiene mayor competencia, y eso se nota en su ineficiencia. Las EPS, que se suponía, cuando fueron creadas, que la forzarían a ser competitiva, nunca lograron crecer a un tamaño adecuado debido a que solo se les otorgó, por ley, la cuarta parte de lo aportado. Dicho porcentaje fue fijado políticamente para mantener el presupuesto de Essalud, y no técnicamente para desarrollar un mercado.En suma, tenemos una institución con un mercado casi cautivo y poblada por médicos laboralmente protegidos. Es una receta segura para el desastre y garantiza una relación eterna de denuncias. Ojalá el Gobierno tenga el valor de aplicar, tanto a los médicos como a Essalud, el tratamiento de responsabilidad y de competencia que a gritos necesitan.
No tenemos duda de que Essalud está gravemente enfermo, y eso se refleja en la inagotable lista de víctimas de negligencias. Sin embargo, lo más preocupante de la actual crisis es que no es causada por estrechez presupuestal o por falta de abastecimiento de medicamentos, por ejemplo. Es una crisis generada por los médicos, quienes son la columna vertebral de una institución dedicada a la salud.¿Cómo se pudo llegar a tal nivel de irresponsabilidad, que los cirujanos ni siquiera siguen el procedimiento más elemental antes de operar? La respuesta está en la displicencia que se crea cuando los médicos gozan de nombramiento permanente en el Estado. Así tenemos que diversos estudios demuestran que, cuando un galeno pasa de ser contratado a formar parte permanente de la planilla estatal, pierde la motivación y, gradualmente, va disminuyendo su rendimiento. Más bien, empiezan a dedicarle cada vez más tiempo a su práctica privada, ya que la estabilidad laboral absoluta de la que disfrutan los protege permanentemente, y se pueden dar el lujo de estar ausentes sin que corran el riesgo de perder su puesto.Más aún, en los últimos años, gracias a diversos médicos sindicalizados que han estado a cargo del despacho, la influencia del gremio médico sobre el ministerio y sobre Essalud se ha ido acentuando. En el gobierno anterior, al igual que a los maestros, se les doblaron los sueldos sin exigirles nada a cambio. Incluso se pasó a planilla a un gran número de médicos que estaban contratados en los CLAS, y la atención en esos centros de salud se desplomó.Por otro lado, Essalud como institución no tiene mayor competencia, y eso se nota en su ineficiencia. Las EPS, que se suponía, cuando fueron creadas, que la forzarían a ser competitiva, nunca lograron crecer a un tamaño adecuado debido a que solo se les otorgó, por ley, la cuarta parte de lo aportado. Dicho porcentaje fue fijado políticamente para mantener el presupuesto de Essalud, y no técnicamente para desarrollar un mercado.En suma, tenemos una institución con un mercado casi cautivo y poblada por médicos laboralmente protegidos. Es una receta segura para el desastre y garantiza una relación eterna de denuncias. Ojalá el Gobierno tenga el valor de aplicar, tanto a los médicos como a Essalud, el tratamiento de responsabilidad y de competencia que a gritos necesitan.
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